Mitos y curiosidades sobre Moby Dick
Las profundidades del océano siempre han suscitado una mezcla de curiosidad y temor al ser humano. Los expertos sugieren que a día de hoy se desconoce proporcionalmente más parte del fondo del mar que del infinito universo y teniendo en cuenta algunos de los animales marinos que conocemos, no es de extrañar que surjan leyendas aterradoras.
Cada cultura o cada folclore ha ido sembrando sus propios monstruos imaginarios a lo largo de la historia. Normalmente se trata de seres caracterizados por su inmenso tamaño de diversas formas: serpientes kilométricas, megalodones, reptiles, bestias tentaculares y viscosas o repletas de escamas, monstruos compuestos a base de algas… En ocasiones, como es el caso de la novela de Herman Melville, el animal tiene una base científicamente aceptada, simplemente son una ballena, un tiburón o una especie de pulpo desmesuradamente grandes los que atraen la atención de cazadores legendarios.
Todo núcleo poblacional que esté relativamente cerca del mar cuenta este tipo de historias. Grandes naciones tienen registrados viajes de aventureros que aseguran haber encontrado criaturas que no encajan con ningún tipo de registro anterior o posterior. Evidentemente, hoy en día somos conscientes de que los océanos albergan calamares gigantes, ballenas azules, tiburones blancos y todo tipo de fauna que asustaría a cualquier marinero que se encuentre en mar abierto sobre una discreta embarcación. También somos conscientes de lo que nuestra propia imaginación y el boca a boca puede llegar a generar, aunque el origen de todo algunas veces no sea más que el tronco flotante de un árbol. Entre algunos de los ejemplos más célebres encontramos los siguientes:
- Cetus: Un monstruo enviado por Poseidón con el objetivo de devorar a Andrómeda que acabó pereciendo a manos de Perseo.
- Hidra: Animal de muchas cabezas similar a un dragón de la mitología griega.
- Aspidochelone: Tortuga o ballena gigante confundida con una isla.
- Jörmungandr: Serpiente gigante de la mitología nórdica.
- Kraken: Bestia parecida a un pulpo o calamar de tamaño colosal que ha aparecido en diversas ficciones como Los Piratas del Caribe.
- Leviatán: Una de las primeras bestias marinas mundialmente conocidas. Se dio a conocer en la Biblia cuyas características físicas se asemejan a las de un dragón.
- Sirenas: Mitad mujer, mitad pez. Engañaban a marineros debido a su belleza y a sus preciosos cantos.
¿Existió Moby Dick en la vida real?
A pesar de que la mayoría de estar criaturas y sus historias surjan de la imaginación, normalmente están basadas en hechos que ocurrieron en la realidad. Lo mismo pasa con la novela de Melville y su Moby Dick que, aunque no existió de verdad, hubo ciertos sucesos que inspiraron este clásico de la literatura.
La novela narra las aventuras del capitán Ahab durante su expedición para cazar a una colosal ballena blanca. Herman Melville nació en 1819 durante el apogeo ballenero de los Estados Unidos. El escritor se sometió a un profundo proceso de investigación de relatos contemporáneos sobre el tema que se vieron complementados, por supuesto, por su propia experiencia como ballenero.
Existió una ballena real que dio nombre a Moby Dick, un cachalote albino que se popularizó durante la primera mitad del siglo XIX por sus agresivos ataques a barcos balleneros. Su nombre era Mocha Dick y pereció cerca de la isla Mocha, en Chile. Sin embargo, la mayor inspiración del novelista fue la historia del Essex y su capitán George Pollard, como pudimos comprobar en la película de 2015 protagonizada por Chris Hemsworth y Tom Holland “En el corazón del mar”.
La tripulación del Essex fue embestida por una enorme ballena y, después de sufrir los calvarios de la supervivencia y enfrentar enfermedades, inanición y canibalismo, se embarcaron en una expedición sedientos de venganza a bordo del Two Brothers. Hoy en día este buque encallado a más de 900 km al noroeste de Honolulu es considerado Monumento Nacional.
Una historia que llegó a las tragaperras online
Como suele pasar con todo tipo de historias míticas, trasciende a su propio formato y se pueden ver todo tipo de guiños, homenajes y adaptaciones de la misma. No solamente la película que acabamos de comentar de 2015, sino que ha habido numerosas series de televisión y versiones llevadas a la gran pantalla incluso por John Huston con Gregory Peck al frente del reparto inspiradas íntegramente en la novela de Melville.
Tanto es así que incluso en el mundo del juego aprovechan esta ambientación tan particular y el tirón de su trama y de su popularidad para basar sus propias máquinas tragaperras en Moby Dick. El homónimo juego de Rabcat es uno de los más aclamados por los jugadores y podrás encontrar todo tipo de símbolos que te recordarán a esta marítima ficción.
Un mito lleno de simbología
Además de estas referencias históricas, Melville también tiene guiños a diferentes animales marinos de fábulas e historias folclóricas. Los cartógrafos que elaboraron mapas medievales y renacentistas no escatimaron a la hora de representar dónde había bestias fantásticas y horripilantes. Les atribuían rasgos que nada que ver tenían con ballenas, al menos hasta que, en mapas posteriores, comenzaron a señalar estos mismos puntos como zonas atractivas para pescadores, aunque siempre dotadas de cierto tinte monstruoso.
Melville echó mano de varios textos históricos para aprovechar a su favor el temor, la fuerza y el significado que imprimían a la población estos relatos, así como para la construcción de sus personajes. La primera alusión a la Biblia, de hecho, es el nombre Ismael. Ismael, según los textos sagrados fue el primer hijo de Abraham y fue desterrado y desheredado por parte de su familia. En el narrador de la novela también observamos independencia, soledad, rechazo…
Por otro lado, también encontramos reseñas hacia la mitología griega en el significado del agua y del mar, como si se tratase de algo místico que nada tiene que ver con la humanidad, el espacio o el tiempo. Al protagonista le fascina el océano, pero también lo relaciona con la destrucción y el caos. Hay muchos paralelismos entre el océano y las debilidades de la mente como la desesperación o el suicidio, pero también con la paz y el renacimiento.
Por último, cabe señalar que todo esto presagia un final trágico que conlleva una muerte inevitable, otra alusión más a la mitología. Los lectores que conocen este tipo de relatos clásicos pueden apreciar más rápidamente el paralelismo y anticipar este desenlace funesto. En resumen, se trata de una novela histórica que juega tanto con elementos fantásticos como con elementos históricos, una mezcla perfecta para mantener el interés y la tensión, además de cautivar la imaginación de cualquier lector.